«Nunca debemos dejar de creer en la superioridad moral de nuestros propios valores: que defendemos la verdad frente a la falsedad, la libertad frente a la tiranía, el derecho frente a la injusticia, la esperanza frente a la desesperación… y que, aunque inevitablemente suframos pérdidas y reveses, mientras las personas de buena voluntad y valor se nieguen a perder la fe en Occidente, éste perdurará.
»
Senador John McCain
El Instituto McCain para el Liderazgo Internacional de la Universidad Estatal de Arizona se dedica a promover el legado del senador McCain, especialmente en el ámbito de los derechos humanos y la democracia. Hoy le invitamos a unirse al McCain Institute para conmemorar el septuagésimo tercer aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), comprometiéndose con la plena realización de los derechos y la dignidad de todos, y garantizando que esos derechos se mantengan para las generaciones venideras.
Hace 73 años, el 10 de diciembre de 1948, la historia cambió cuando 48 líderes mundiales firmaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, una aspiración colectiva para establecer un orden mundial basado en la dignidad humana. Desde entonces, este documento ha pasado de ser un tratado de aspiraciones a un conjunto de normas que ha impregnado prácticamente todos los ámbitos del derecho internacional. Su fuerza duradera es un testimonio de la universalidad duradera de sus valores perennes de igualdad, justicia y dignidad humana.
A medida que avanza la pandemia del COVID-19, los derechos humanos se ven cada vez más atacados por los regímenes autoritarios de todo el mundo. Es esencial que los derechos humanos estén «en el centro» de la respuesta global a COVID-19 para lograr un futuro mejor para las personas de todo el mundo. La pandemia ha socavado los derechos humanos al proporcionar un pretexto para respuestas de seguridad de mano dura y medidas represivas que restringen el espacio cívico y la libertad de los medios de comunicación. Esto ha exacerbado aún más la pobreza mundial, la desigualdad, la discriminación, la destrucción de nuestro entorno natural y otros incumplimientos de los derechos humanos.
El mundo se encuentra en un punto de inflexión en la historia y las decisiones que tomemos hoy determinarán el tipo de mundo que dejemos a las generaciones futuras. La defensa de los derechos humanos es crucial para afirmar el poder de la gobernanza democrática como la herramienta más poderosa que tenemos para hacer frente a los desafíos globales y liberar todo nuestro potencial humano.