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No todo está bien

Con motivo del 30º aniversario del Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se celebra el 3 de mayo de este año, es alarmante comprobar que la libertad de los medios de comunicación nunca ha estado tan amenazada en todo el mundo.

En los últimos años, la aparición de campañas organizadas de desinformación y el auge de las noticias falsas han sido especialmente preocupantes. Estos fenómenos han influido significativamente en el discurso público, dificultando a las personas distinguir entre realidad y ficción y erosionando la confianza en los medios de comunicación. Los periodistas y otros profesionales de los medios de comunicación desempeñan una función vital para garantizar que el público esté informado y que los gobernantes rindan cuentas.

Sin embargo, estos profesionales de los medios de comunicación se enfrentan en todo el mundo a amenazas crecientes, como acoso, intimidación y violencia, a menudo por informar sobre temas delicados. Esto no sólo ahoga la libertad de expresión, sino que también obstaculiza la capacidad de los medios de comunicación para desempeñar sus funciones con eficacia.

Los líderes autocráticos y populistas se esfuerzan por convertir la prensa libre en una herramienta de propaganda, distorsionando la verdad en lugar de proporcionar información veraz. Aunque la mayoría de las naciones carecen de un Ministerio de Información que controle el flujo de información, los esfuerzos por ocultar los problemas a los que se enfrentan los países son generalizados. Este año, la UNESCO ha decidido publicar y promover un único mensaje: «Todo está bien». Algunos argumentan que es poco realista u orwelliano imaginar titulares que digan «El planeta está bien» o «Todos los refugiados están bien» o «Se acabó la guerra» o «Todo el mundo está sano», sin embargo, este tipo de titulares son cada vez más comunes.

Cuando hace 30 años la Asamblea General de la ONU proclamó el Día Internacional de la Libertad de Prensa, muchos periodistas de Oriente Próximo y África anhelaban la independencia de que gozaban sus homólogos para informar sin miedo. La libertad de prensa ya no es sólo una cuestión del Tercer Mundo, pues las democracias occidentales también la sufren.

El reciente informe del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), «Fragile Progress: La lucha por la libertad de prensa en la Unión Europea», pone de relieve que ya no existe un refugio seguro para los periodistas. El informe revela que los periodistas de los países de la UE se enfrentan a censura, vigilancia, acoso en línea, desinformación, demandas abusivas, acusaciones de revelar secretos de Estado e incluso agresiones físicas durante protestas callejeras, exclusión de reuniones públicas o ataques verbales de políticos. El informe también indica que algunos Estados miembros aprovecharon la pandemia de COVID-19 para controlar los medios de comunicación, por ejemplo restringiendo el acceso de los periodistas y ocultando información de interés público.

Según la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2022, elaborada por Reporteros sin Fronteras, Estados Unidos ha dejado de ser considerado un modelo de libertad de prensa y de expresión, y las violaciones de la libertad de prensa aumentan rápidamente. La asistencia del Secretario de Estado Anthony Blinken a la presentación del Índice de Libertad 2023 de RSF es prometedora, pero Washington debe dar pasos significativos para liderar la promoción de la libertad de prensa en todo el mundo.

Intimidar y silenciar a los periodistas se ha convertido en un problema cada vez mayor, y ninguna nación es inmune a esta pandemia. Es hora de que las democracias occidentales recuerden sus valores fundamentales y empiecen a practicar lo que predican para proteger los derechos fundamentales mundiales.

Estados Unidos debe actuar con decisión para promover la libertad de prensa y de expresión, tanto a escala nacional como internacional. Sólo así podremos salvaguardar el papel esencial de los periodistas a la hora de exigir responsabilidades a los poderosos y preservar una democracia que funcione.

DISCLAIMER: McCain Institute is a nonpartisan organization that is part of Arizona State University. The views expressed in this blog are solely those of the author and do not represent an opinion of the McCain Institute.

Author
Berivan Orucoglu, Director del Programa de Defensores de los Derechos Humanos, McCain Institute
Publish Date
mayo 1, 2023
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