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Vladimir Putin es un hombre malvado y tiene la intención de cometer actos malvados, que incluyen la destrucción del orden mundial liberal que ha liderado Estados Unidos y que ha traído más estabilidad, prosperidad y libertad a la humanidad de lo que jamás haya existido en la historia. Está explotando la apertura de nuestra sociedad y las divisiones políticas cada vez más enconadas que nos consumen. Quiere ampliar esas brechas y paralizarnos para que no respondamos a su agresión. Se entrometió en una elección y lo volverá a hacer porque funcionó y porque no se le ha obligado a detenerse. El objetivo de Putin no es derrotar a un candidato ni a un partido. Quiere derrotar a Occidente.

Creo que debemos continuar mejorando nuestras relaciones y comprender que Vladimir Putin, a menos que le enfrentemos, continuará su agresión y debemos enfrentar a Vladimir Putin.

En lugar de tolerar el chantaje nuclear o los ciberataques de Rusia, las naciones occidentales deberían dejar en claro que la solidaridad de la OTAN, desde el Báltico hasta el Mar Negro, es indivisible y que las puertas de la organización permanecen abiertas a todas las democracias comprometidas con la defensa de la libertad.